Miércoles, 23/2/2011
Alcalá- Meco- Los Santos- Pozo de Guadalajara, y vuelta por el mismo sitio, 50 kms.
Dice el refrán que lo que mal empieza, mal acaba. Bueno pues como los tópicos están para tirarlos abajo, hoy diremos que "lo que mal empieza...., bien acaba."
No empezó muy allá el día, te levantas y te desayunas un cortao, y noticias malas por todos sitios. Enciendes la tele y todo es un desastre, enciendes el ordenador, y mejor no encenderlo, en fin, que noticias que aunque te las esperas todas, siempre se escapa el comentario de "empezamos bien el día".
Pero al ver el sol como lucía y la temperatura que hacía, todo no podía ser malo. Tras hacer las típicas tareas domésticas, y pichonear un poco para que levantara la mañana, a las 10:30, Tizona y yo comenzábamos nuestra ruta. La mañana en la vieja Complutum era idónea para que mi gran amiga y yo nos dispusieramos a arreglar el día que no muy bien había empezado. Pero las cosas no iban a ser fáciles, ya que cuando llevábamos menos de 2 kms, en un mar de baches, pozos, y demas irregularidades del asfalto alcalaíno, plofffff, pinchazo. Al principio no parecía nada, pero vi que al momento Tizona empezaba a renquear de los cuartos traseros. En ese momento ya estábamos rodando con un 53, hoy queríamos guerra. En fín, que como no levantase la cosa el día seguía gafado. Paramos y tras sacar todo el kit de reparación cambiamos la cámara, y continuamos nuestra ruta, no sin antes escuchar el comentario de un gracioso, de "¿qué ha pasado?" me dieron ganas de decirle:
Si es una adivinanza, ha pasado tu puta madre en pelotas, si no, creo que eres tonto porque salta a la vista. Pero la educación que adquirí en mi época de fraile, me hizo esbozar una sonrisa y decirle que son cosas que pasan.....
Volvimos a la carga,y comenzamos a rodar a unos 30kms hora, muy agusto y con la fuerza suficiente que habíamos cogido en nuestra semana de entraniento en las altas montañas andorranas. Pero al terminar los llanos que nos llevan hasta Meco, la cosa iba a cambiar. Como teníamos ganas de guerra, nos dirigimos a subir el alto que nos lleva a Los Santos de la Humosa. Pero había que echar gasolina, metí la mano al maillot, y de las alforjas saqué una barrita energética caducada del año pasado, pero la verdad que como para mi lo de las fechas de caducidad estan solo para informar, pues me informo y luego hago lo que se me pasa por el arco de triunfo, osea que me la comí y estaba igual que la que me comí cuando empecé la caja.
Una vez que se atraviesa la NII, la carretera ya pica hacia arriba con un 3,4 y hasta el 5%. Ahí ya las piernas empiezan a ponerse bonitas, y cuaando empiezas a subir piñones, piensas......¿y cual me guardo pa cuando empiece lo chungo, si ya me hace falta el último?
Como decía, con las piernas ya hinchadas, cuando llegas a la falda de la montaña, y ves lo que la divina madre naturaleza te tiene reservado.....empiezas a pensar que que sufrimiento taaaaan innecesario, pero no te queda otra que subir piñones, apretar el culo....(que no entra ni el bigote de una gamba), y empezar a sacar fuerzas hasta del banco si hace falta.
A todo esto nuestro amigo Evaristo, iba sacando números como si fuera el bombo de la lotería de navidad, impulsado por los niños de San Ildefonso. El procentaje de la pendiente, empezaba a subir endiabladamente, 8, 9, 10, 11, 12 %, y ahí se iba manteniendo, en el 12. Poco a poco mi alma se iba acercando a la aurora boreal, y cuando ya sentí que perdía mi presencia de espíritu, aún llegué a ver el 14%. En ese momento con un 39x25, sólo se que dónde podía coger un poco de aliento era en rampas del 8%, manda cojones que cuando el cataclismo ese de los planetas no se pudiera poner toda la tierra a nivel. Cuando atravesaba la pedanía de cuyo nombre no quiero ni oír hablar, veía como la gente me miraba con cara de pena, pero ninguno se ofreció a empujarme un poquito o incluso a cogerme la bici y subir ellos,... que falta de caridad atravesamos..... En fín cuando llegué arriba, jodido, pero más alegre que Chiquito de la Calzada en el Rocío, no tenía fuerzas ni para coger la cacharra del agua. De ahí entre toboganes y bambalinas llegamos a la población del Pozo de Guadalajara, dónde me saludó amablemente un hombre montado a caballo, y una pareja de la guardia civil, (yo sabía de sobra que esta vez no era por el rádar como siempre que me saludan), el caso es que a los tres se les veía montados en sus caballos y sus motos, bastante más descansados que yo. En fín que con las mismas volvimos Tizona y yo por el camino que habíamos traído, y llegamos a casa felices como dos perdices. La prueba de fuego de subir los Santos la habíamos superado. Y como he dicho que lo que mal empieza a veces bien acaba, acabé por la noche harto de cerveza, terminando bien el día. Había que hidratarse. Pero no os penséis que esto no pasó factura en el siguiente entrenamiento...... Ya os lo contaré.
Vaya tela con el tio Chuche jajajaja menuda sopresa que me he llevado, ahora resulta que eres el un super ciclista, quien te ha visto y quien te ve.....
ResponderEliminarMucho animo Pedrito que seguro que lo consigues,
eres un campeón.
Un abrazo desde Sevilla ;-)